Decenas de velas prendidas a lo largo de la entrada de la Legislatura provincial cerraron anoche la tercera marcha multitudinaria de docentes y alumnos en defensa de la educación para adultos.
“Nos están prohibiendo que nos superemos. Ellos (por los legisladores) también nos dan la espalda, por eso se fueron”, manifestó Patricia Coronel, una enfermera que está terminando sus estudios secundarios en el BSPA 7089 del barrio Boulogne Sur Mer, en la zona sudeste de la ciudad. Es enfermera, trabaja todo el día y por las noches va a clases porque necesita el título secundario para seguir una licenciatura y poder ascender en el trabajo.
La misa por los 25 años de la creación de los Bachilleratos Salteños para Adultos terminó a las 21.50 en la Catedral Basílica. Una veintena de banderas se acomodó y empezó la marcha. Dieron vuelta a la plaza 9 de Julio, entre aplausos, silbidos, el estruendo de las bombas, la voz de un megáfono que repetía “nos quieren quitar nuestra identidad”. Cortaron ocho minutos el paso en la avenida Belgrano y Zuviría, tiempo suficiente para que los casuales conductores se impacienten y las bocinas se hagan sentir. Los que pudieron maniobraron y sortearon el corte por un costado libre, se ganaron el abucheo de la masa.
Enseguida se sumó la batucada y docentes y alumnos con pulseras fluorescentes, celulares y velas cubiertas con botellas de plásticos retomaron la Marcha de la Luz. La esperanza de que Diputados trate un proyecto de resolución para pedir al Ministerio de Educación que deje sin efecto la disolución de la Dirección de Regímenes Especiales (o al menos la suspenda) se desplomó cuando vieron solo policías del otro lado del portón del palacio legislativo. Ayer la sesión se adelantó y aproximadamente a las 22.30 no quedaba allí ningún representante del pueblo. Como consecuencia, no se trató la situación de los BSPA por falta de quórum.
La diputada Virginia Cornejo admitió que se tuvo que retirarse a las 8, pero antes de irse preguntó al presidente de la Cámara baja si la comisión de Educación tenía novedades sobre la mediación que se había comprometido realizar. La pregunta ofuscó. Por las elecciones primarias obligatorias de la semana pasada no se pudo cumplir, dijeron.
En contramano
Mujeres panzonas, con niños en brazos o de la mano; rostros de muchos jóvenes excluidos por el sistema de educación común porque no los reciben cuando repiten, docentes sin miedo, todos estuvieron unidos en defensa de la educación pública para adultos. Cristina Cobos, profesora de inglés desde hace 27 años en un CENS, manifestó: “Sí nos preocupa nuestra situación, hay profesores que temen por sus horas pero, más allá de eso, estamos aquí para defender la educación de las personas que no pudieron estudiar en su momento”.
“Salta está en contramano con la ley que obliga la finalización de la secundaria. Si aumentan los años de estudio (de tres a cuatro) muchos no van a poder ir y no vamos a tener matrícula. Acá no hay argumentos ni reglas claras”, agregó.
FUENTE DIARIO EL TRIBUNO
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