San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
La expresión "ambas Piedras" se refiere a los dos combates de ese nombre. Uno fue el librado en la Banda Oriental, el 18 de mayo de 1811, donde se impuso el ejército de Artigas sobre tropas del virrey Elío.
Vieja estación de Rio Piedras |
El otro, que nos interesa ahora, es en el río Las Piedras, actualmente municipio de Río Piedras, departamento de Metán en territorio salteño. Encuentro donde salió victorioso el Ejercito del Norte, al mando de Manuel Belgrano, el 3 de setiembre de 1812.
Como se sabe, Belgrano se había hecho cargo del Ejército del Norte en la Posta de Yatasto el 26 de marzo de 1812, en el mes de mayo de 1812 estableció su cuartel general en la ciudad de Jujuy,
Por entonces llegaban hasta la zona las fuerzas patriotas derrotadas en la batalla de Huaqui. Eran alrededor de 800 soldados, sin armas, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados.
En lugar de enviar refuerzos para atender el Frente Norte, el Triunvirato a través de su ministro Rivadavia, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba.
El gobierno consideraba imposible resistir al ejército de Pío Tristán, que avanzaba desde el Alto Perú, con 4.000 hombres. La intención del Directorio era retroceder hasta Córdoba, donde a las tropas de Belgrano se unirían fuerzas procedentes de la región rioplatense. Ni siquiera el llamado a las armas de todos los ciudadanos entre 16 y 35 años, permitían a Belgrano oponer cabalmente resistencia.
Ante el avance realista la situación se volvió muy crítica y a mediados de julio supo que las avanzadas realistas llegaban a La Quiaca y decidido a no dejar en manos del enemigo nada que le pudiese ser útil, organizó durante agosto el llamado Éxodo Jujeño, ordenando a la población civil replegarse junto con el ejército y quemar todo lo que quedase detrás, para entorpecer el avance enemigo. Las armas patriotas venían desmoralizadas y en retirada desde Jujuy. Las avanzadas de la tropa realista de Pío Tristán alcanzaron a la retaguardia del Ejército del Norte, que conducía Eustaquio Díaz Vélez, Los realistas pusieron a los criollos en fuga, se apoderaron de dos cañones e iniciaron una persecución.
Por entonces llegaban hasta la zona las fuerzas patriotas derrotadas en la batalla de Huaqui. Eran alrededor de 800 soldados, sin armas, afectados por el paludismo y completamente desmoralizados.
En lugar de enviar refuerzos para atender el Frente Norte, el Triunvirato a través de su ministro Rivadavia, ordenó la retirada del Ejército del Norte hasta la ciudad de Córdoba.
El gobierno consideraba imposible resistir al ejército de Pío Tristán, que avanzaba desde el Alto Perú, con 4.000 hombres. La intención del Directorio era retroceder hasta Córdoba, donde a las tropas de Belgrano se unirían fuerzas procedentes de la región rioplatense. Ni siquiera el llamado a las armas de todos los ciudadanos entre 16 y 35 años, permitían a Belgrano oponer cabalmente resistencia.
Ante el avance realista la situación se volvió muy crítica y a mediados de julio supo que las avanzadas realistas llegaban a La Quiaca y decidido a no dejar en manos del enemigo nada que le pudiese ser útil, organizó durante agosto el llamado Éxodo Jujeño, ordenando a la población civil replegarse junto con el ejército y quemar todo lo que quedase detrás, para entorpecer el avance enemigo. Las armas patriotas venían desmoralizadas y en retirada desde Jujuy. Las avanzadas de la tropa realista de Pío Tristán alcanzaron a la retaguardia del Ejército del Norte, que conducía Eustaquio Díaz Vélez, Los realistas pusieron a los criollos en fuga, se apoderaron de dos cañones e iniciaron una persecución.
Mezclados perseguidos y perseguidores, llegaron hasta el campamento del grueso del Ejército del Norte, en el río Las Piedras. De inmediato, Belgrano ordenó tomar la ofensiva, lo que terminó con la derrota de los realistas.
El parte que el general Belgrano envió al Superior Gobierno relató lo siguiente:
El parte que el general Belgrano envió al Superior Gobierno relató lo siguiente:
Ayer (3 de septiembre de 1812) a las dos de la tarde, cargó el enemigo, en número de seiscientos hombres, con tanta furia sobre mi retaguardia, que se mezcló con ella y llegó al frente de mi posición al sud del Río de las Piedras casi a un tiempo; en consecuencia, hice lugar la artillería... por el centro; avanzaron todos con intrepidez, Jefes, Oficiales y Tropa, y la victoria coronó sus nobles y generosos esfuerzos poniendo en fuga vergonzosa al enemigo, quien dejó en el campo de batalla dos oficiales y cincuenta y ocho soldados muertos, y ciento cincuenta fusiles y cuarenta soldados que se hicieron prisioneros, no habiendo tenido, de nuestra parte más que seis heridos, entre los cuales el digno Don Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el Capitán Don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un soldado.
Fue un pequeño combate,comparado con las grandes batallas, pero sirvió para elevar la moral del Ejército de Norte. Veintiún días después, como se sabe, Belgrano interrumpió la retirada, y que diera las gloriosas batalla del 24 de setiembre en Tucumán y luego en Salta el 20 de febrero de 1813 que salvó la suerte de la revolución.
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